Por el Equipo Slow Fashion Next.

Imagen de Portada: Ilustración de Otto Steininger. Imagen vía NewYorkTimes.com

“¿Cuánto necesitas realmente ese vestido o esas sandalias de plataforma?”. Es una de las preguntas que se hace Vanessa Friedman, la escritora del siguiente artículo. En él nos comenta el nuevo acontecimiento que se está dando en el mundo de la moda online.

Me he hecho esta pregunta desde la semana pasada, cuando Farfetch.com anunció que, a partir de ahora, entregaría los pedidos de Gucci en apenas 90 minutos en las 10 ciudades más importantes del mundo. Un cliente “puede hacer un pedido y, casi antes de colgar el teléfono, alguien tocará a su puerta con la bolsa”, dijo el fundador José Neves cuando le llamé para preguntarle sobre el tema.

No escucho muy a menudo las canciones de Simon & Garfunkel, pero últimamente no puedo sacar de mi cabeza “The 59th Street Bridge Song”. “Slow down, you move too fast.” Yadda yadda yadda.

Farfetch, Net-a-Porter, Matchesfashion.com y otros grupos han estado ofreciendo el mismo servicio en las capitales mundiales ya –Matchesfashion entrega el pedido en 90 minutos en Londres, pero Gucci lo lleva a otro nivel. Y, mientras que ahora mismo esto es algo muy nicho, cada vez más marcas y plataformas se irán uniendo a esta propuesta.

Ilustración de Ellen Weinstein. Imagen vía NewYorkTimes.com

“Faster fulfillment”, (el cumplimiento más rápido), es el mantra del momento. Una respuesta de las empresas a lo que se ha llamado como la cultura de la impaciencia. Pero no puedo dejar de preguntarme si de lo que el diseñador de moda trata es de resolver un problema que no existe. O tal vez quiera crear uno nuevo.

Entiendo que vivimos en un mundo donde, como Neves señaló, nadie espera taxis o mesas para sentarse a comer en los restaurantes. La información es inmediata y las imágenes se hacen virales. Entiendo que los millennials y Gen Y-ers son teóricamente generaciones “IWWIWWIWI”, (I want what I want when I want it). La sabiduría convencional afirma que, si los minoristas perdieran ese momento de “desear” del consumidor, perderían miles de ventas. Reconozco que desafiar esto parece el comportamiento clásico de un ludista, pero a lo largo del camino hemos ido perdiendo cierta perspectiva.

Un bolso no es una botella de leche. No es un alimento básico como lo es para un bebé. Y no es necesariamente una buena idea crear una situación en la que comparar esos dos ejemplos. Y no es sostenible, en ningún sentido de la palabra.

Hace unos sábados fue el Día de la Tierra, y la moda fue una de las grandes protagonistas del día: Kering se asoció con Plug and Play y Fashion for Good, y Council of Fashion Designers of América se unió con Lexus para apoyar a los nuevos negocios enfocados a la innovación responsable de la cadena de suministro. Pero la industria a menudo equipara el verdor con los materiales y la fabricación, y tiende a atribuir los problemas de los vertederos al fast fashion, pese a que también haya que pensar en el consumo de la gama alta.

Ilustración del Earth Day. Imagen vía WhenIsCalendars.com

Es cierto que nadie obliga a los consumidores a elegir la entrega más rápida al hacer una compra online, pero se debería valorar más el deseo de entender la moda de los consumidores.

Además, sólo porque los consumidores digan que quieren algo y que el tiempo de entrega sea el criterio número 1 para las compras online, no significa que tenga que ser determinante para su comportamiento.

El calendario de desfiles de moda se ha cambiado por el modelo “see now, buy now”, pero detrás de ese cambio ocurre lo mismo que con la entrega rápida. El cliente obtiene el producto tan pronto como sienta deseo por él.

Sin embargo, después de una sola temporada llevando a cabo esa nueva idea, Tom Ford y Thakoon se rindieron, mientras que Ralph Lauren y Burberry siguen llevándola a cabo. La razón era que el mercado no estaba listo aún, de lo contrario el cliente se habría acomodado más aún.

De hecho, cuando se trata de inversión en moda, merece la mena esperar, ya que da un valor añadido, reducir el tiempo significa reducir el valor.

El mercado de gama alta está en auge. Con tiendas online como Vestiaire, RealRealThredUP con consagrados diseñadores está experimentando un gran auge. De acuerdo con el informe de ventas de moda en 2017 de ThredUP (hecho con GlobalData), el mercado de la moda asciende a los 18 mil millones de dólares y se espera que crezca a 33 mil millones en 2021. Y la mujer estadounidense no usa el 60% de las piezas que tiene en su armario.

Fanny Moizant y Sebastien Fabre, fundadores de Vestiaire. Imagen vía NewYorkTimes.com

Es difícil no preguntarse si esa gratificación inmediata se suma a un montón de cosas extrañas. Y si es posible consumir sin esa necesidad urgente por las prendas de vestir. La moda es un signo de comunicación personal, y como tal debería ser una adquisición a largo plazo. De lo contrario el consumidor perdería su propia identidad.

El tiempo puede ser un lujo, pero debemos pensar que quizás gastarlo con tanta antelación sea un desperdicio.

Fuente del artículo: New York Times.

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