Por Alice B. Schuch, colaboradora de Slow Fashion Next y profesora de nuestro curso online “Economía Circular en la moda y Nuevos Negocios de Moda“.

Imagen de portada: Fashion in Dots by Alice Beyer Schuch.

En muchas escuelas aún se enseña moda como un producto a ser hecho, y que tienen su destino final en una tienda para la venta al consumidor. Lo que pasa es que esa estructura está siendo contestada tanto por marcas y empresas innovadoras, como por consumidores cada vez más consientes. Conceptos de economía circular abordan nuevas perspectivas y, puedo decir, que incentivan el reuso e intercambio de productos – lo que llamo aquí de la Economía del Nuestro.

Desde los últimos 20-30 años, la forma en que se hace moda y es consumida ha sido dramáticamente escalada y acelerada, soportado una reducción drástica de precios de los productos, subsidiados por las personas y la naturaleza. Creamos la necesidad de tener (el coche del año, el teléfono de última generación) las ropas de última moda – aunque nuestro estilo, personalidad y necesidad no cambian tan rápidamente.

Pero lo que viene fácil, se va fácil. Los precios bajos nos hicieron perder la noción del valor de cada ítem que compramos, y consecuentemente, los echamos con muchísima facilidad.

Amsterdam Waterlooplein Market – Mercado de segunda mano en Ámsterdam. Foto: ABS, 2017 by Alice Beyer Schuch

Algunas empresas percibieron valor en eso y empezaron a trabajar con ese descarte, que ya perteneció a alguien, y que aún tiene en sí mucho valor. En la década de 90 las tiendas de segunda mano surgieron con la idea de revender ropas descartadas que aún podrían ser usadas. Pequeñas tiendas, normalmente ubicadas en barrios simples, que ofrecían prendas y accesorios por valores más bajos que de mercado y que atendían más a un cliente con restricciones financieras que, de verdad, con interés fashion. Una primera aparición de la Economía del Nuestro. Pero entonces emergió el fast-fashion y la moda se tornó algo al alcance de muchos otros. Ropas se tornaron desechables para muchas culturas y con eso, nuevos negocios de moda se mostraron interesantes y por qué no, lucrativos.

¿No quieres más tus prendas? ¡Dánoslas!

Así se ha iniciado el sistema de colecta de ropas usadas en colaboración con marcas y retailers que prometía dar una mejor destinación a nuestras prendas que la basura. Desde 1994, el grupo alemán SOEX colecta prendas, las selecciona y las destina a otros mercados y propósitos. Actualmente, su mercado de prendas de segunda mano atiende a más de 90 países y textiles son reciclados para diferentes finalidades, desde mantas, a material de aislamiento, hasta nuevas fibras para moda. Probablemente ya has visto las cajas de recolecta de I:CO (del grupo SOEX) por allí – como los en H&M, Puma, The North Face…

Cajas para la recolecta de prendas en las tiendas, realizada pela empresa del grupo SOEX, I:CO.

Así es que, tiendo como base las donaciones de prendas por parte de los clientes – de forma gratuita o por un pequeño cupón –  la reventa de prendas usadas se mostró un modelo de negocio lucrativo. En 2014, alrededor del 30% al 40% de la ropa usada recogida en los EEUU y Europa se vendió de segunda mano en el extranjero. Sólo en los EEUU, el volumen de negocios de exportación en el ramo mueve cerca de $ 12 billones al año.

Paralelamente a esa gigante actividad, iniciativas regionales e independientes también han surgido y mostrado su valor. Nuevas plataformas, comunidades en redes sociales, y nuevas apps se muestran cada vez más efectivos en la re-destinación de prendas que no deseamos más. Páginas web como Chicfy, Enjoei, o Kleider Kreisel por ejemplo, ofrecen la posibilidad de comprar o vender un ítem – entre ellos, prendas, complementos, zapatos, y productos de belleza – nuevos o usados, para una comunidad mucho más consiente. Una forma actualizada de las tiendas de segunda mano de los años 90. En el mejor estilo:

¡Lo que es viejo para ti, puede ser nuevo para mí!

Enjoei Webpage: Pagina de intercambio de prendas (y otras cositas más) en Brasil. Fuente: enjoei.com.br

Pero, un momento, ¿porque debemos, al final, poseer una prenda? Podemos decir que la evaluación de propiedad de prendas en la Economía del Nuestro fue inicialmente contestada en lo sector de uniformes, como en el ejemplo de la empresa Dutch aWEARness. Ellos ofrecen el servicio de desarrollo y alquiler de uniformes a las compañías, que los devuelven después del tiempo determinado de uso. Así, Dutch aWEARness permanece como la dueña de las prendas, y, como tiene un control rigoroso del proceso, los ítems recibidos de vuelta son fácilmente identificados, separados y re-direccionados para reuso o reciclaje.

La misma idea ya podemos ver en la espera personal. Guarda ropas compartidos, como Kleiderei, o Lena nos permiten cambiar de estilo constantemente sin la necesidad de poseer todo lo que queremos vestir. Y lo mejor, compartiendo las prendas, reducimos la necesidad de comprar nuevos ítems, así como la tensión sobre la extracción de los recursos naturales, además de reducir el impacto ambiental a cada uso, aumentando así su índice de utilidad.

Lena: Platafoma de conexión para el alquiler de prendas por suscripción. Fuente: lena-library.com

Resumidamente, la Economía del Nuestro en la moda alcanza conceptos que permiten usar y reusar algo que pertenecía o aun pertenece a otros, como (pero no solamente) los sistemas de recolecta; la reventa, cambio y reuso de productos; el ofrecimiento de servicios, y principalmente, la reevaluación del concepto de propiedad.

Preguntas como ¿cuál es nuestro objetivo máximo en la moda?, o ¿es fundamental tener algo nuevo, o podemos compartir, cambiar, colaborar, intercambiar? son el punto inicial aquí.

Definitivamente hay muchas preguntas y alternativas que deben ser debatidas y que serán abordadas al largo de nuestro nuevo curso “Economía Circular y Nuevos Negocios de Moda”, que se inicia el 6 de febrero. Si tienes curiosidad en conocer más, apúntate.

Referencias:

  • Fashion Revolution White Paper. Dec 2015.
  • Ellen MacArthut Foundation.Towards the Circular Economy Vol.3, 2014.
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