Cómo un fotógrafo nigeriano convirtió el arte textil de su pueblo en moda.

Por Sabina Eichmann, profesora del curso Hello África de Slow Fashion Next y editora del blog sostenible Consciously Sartorial.

Imagen de portada: Calzado Ethnik.

Atraído por las llamativas combinaciones de colores que intrínsecamente caracterizan a la técnica de tejer Aso Oke, el fotógrafo Tunde Owolabi se dio cuenta del potencial estético del Aso Oke, mientras que hacia fotos de los eventos tradicionales Yoruba (su propia tribu).

“Soy Yoruba, así que tengo que volver a mis raíces” declara el joven nigeriano con orgullo. Desde su sede en Lagos, capital no sólo de Nigeria, sino también de las capitales más importantes de la moda africana, Owolabi comenzó su proyecto junto a un zapatero local y un capital de solo 84 dólares a principios del año pasado.

A finales del mismo año, el entusiasta emprendedor contaba con un equipo de nueve empleados y un ingreso anual de unos 25.000 dólares. Un buen comienzo en el creciente mercado de la moda y del calzado, existente hoy en día en el África sub-Sahariana, estimado en unos 3 mil millones de dólares en 2015 según la agencia Euromonitor.

El fundador de Ethnik, Tunde Owolabi

¿Pero, cuál es la receta del éxito de Ethnik y su fundador? Es cierto que el talento y la sensibilidad artística de Owolabi, que trabajó también como artista y diseñador en Inglaterra entre otros países, tiene mucho que ver con ello. La manera en que ha sido capaz de combinar el llamativo Aso Oke con sencillos y modernos diseños de calzado y accesorios, supone un buen equilibrio entre el colorido mundo Yoruba y la moda actual.

Uno se puede imaginar perfectamente sus creaciones en cualquier calle occidental en pleno verano, así como en las numerosas cuentas de Instagram de las nuevas “It girls”, que llegan con fuerza desde el continente africano a las pantallas de nuestros ordenadores.

“Cada producto de Ethnik es una obra de arte”, Tunde Owolabi, fundador de Ethnik.

El otro factor que ha llevado a Owolabi y a su negocio al éxito, es sin duda su compromiso e inversión en la producción local y sostenible. Así la empresa ha podido crear un ambiente que permite a sus artesanos seguir tejiendo el Aso Oke de manera tradicional y desarrollar sus propias habilidades de manera continuada.

De esa manera, el equipo de Ethnik espera poder apoyar el que no solo el tejido de los Yoruba sobreviva, sino también a sus creadores y a través de ellos a su comunidad.

La anciana historia del reino Yoruba empezó 500 años antes de que fuera descubierto por los exploradores europeos en el Oeste de África durante el siglo XV. Su cultura, que incluye 40 millones de personas en total, es el grupo étnico más grande de África. Su influencia, que se extendió a través del comercio de esclavos en el pasado, se percibe hoy en día hasta en regiones tan distantes como Brasil, Haití o Cuba.

Foto de una fiesta Yoruba por Tunde Owolabi.

El Aso Oke representa una gran parte del patrimonio Yoruba que ha sobrevivido hasta el presente, pero su uso se encuentra limitado cada vez más a ocasiones especiales como las bodas y otro tipo de ceremonias, lamenta Owolabi.

“Tengo que encontrar otras maneras de usar el Aso Oke y hacerlo más atractivo para la gente joven, porque después de las bodas y las ceremonias la gente ya no se viste al estilo Aso Oke”, Tunde Owolabi.

Tradicionalmente las mujeres tejen las telas Aso Oke en un telar único con lizos (vertical) que produce piezas de 30–90 cm de largo. Los hombres utilizan un telar doble con lizos (horizontal), extendiendo sus hilados en varios metros, por lo que a menudo tejen en talleres al aire libre como en la imagen abajo.

Un artesano Yoruba tejiendo para Ethnik.

Dichas telas se tejen en tiras con un ancho de aproximadamente de 15 cm y se cosen entre sí para formar piezas suficientemente grandes para la confección de prendas etc.

Por otro lado, Ethnik trabaja frecuentemente con artistas locales que también incluyen sus pinturas en los distintos diseños de la marca.

A pesar de todo, su fundador admite que llevar una marca de moda como la suya, significa afrontar muchos retos también. Entre ellos, la logística o el acceso a nuevos talentos o materiales pueden convertirse rápidamente en una empresa complicada.

Zapatos y telas de Ethnik

De todas formas Owolabi sigue siendo optimista y cree firmemente en que su país vaya a encontrarse muy pronto entre los referentes de moda internacionales.

* Todas las imágenes son cedidas vía ethnik.com.ng

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